Las emergencias climáticas suponen un peligro especial para las mujeres y las niñas, ya que cortan el acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, aumentan el riesgo de violencia de género e incrementan la vulnerabilidad a las enfermedades. Durante la emergencia de las inundaciones en Piura, una de cada cinco muertes maternas estuvo asociada o causada por el dengue.
En los primeros meses de 2023, las lluvias torrenciales inundaron las calles de la localidad de Veintiséis de Octubre, ubicada en el distrito de Piura, al noroeste de Perú, interrumpiendo los servicios municipales y dejando a la gente atrapada en sus casas. Para Miryam Coello, de 30 años y madre de dos hijos, esto añadió otro nivel de ansiedad a su embarazo.
Las calles sin pavimentar de su barrio estaban anegadas y no había dinero para transporte alternativo. Peor aún, con las inundaciones llegaron plagas de ratas, moscas y mosquitos que trajeron consigo la amenaza de enfermedades transmitidas por el agua.
«Tuvimos que desinfectarlo todo. Pero con todo y eso contraje el dengue», dijo Coello al Fondo de Población de la ONU (UNFPA), el organismo para la salud sexual y reproductiva.
Las emergencias climáticas suponen un peligro especial para las mujeres y las niñas, ya que cortan el acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, aumentan el riesgo de violencia de género e incrementan la vulnerabilidad a las enfermedades. Durante la emergencia de las inundaciones en Piura, una de cada cinco muertes maternas estuvo asociada o causada por el dengue.
A Coello ya le habían dicho que su embarazo requeriría una atención especial, dado que había dado a luz a sus dos primeros hijos por cesárea. Los médicos advirtieron que una tercera operación podría ser arriesgada.
Aun así, tuvo dificultad para conseguir la atención que necesitaba. Hasta que oyó que llamaban a la puerta.
Una iniciativa que salva vidas
La visitante de Coello ese día era una comadrona que formaba parte de un grupo organizado en el marco del proyecto Salvar Vidas, apoyado por el UNFPA y ejecutado junto con la organización local asociada Prisma.
Ya que miles de mujeres como Coello no podían acudir a los centros de salud debido a las inundaciones, los problemas económicos y las tareas de cuidado, el proyecto Salvar Vidas les llevó la atención a sus puertas.
«No tenía con quién dejar a mis hijos porque mi marido estaba fuera trabajando como pescador», cuenta Coello. «El grupo me dijo que vendrían a verme para las revisiones».
Desde mayo de 2023, matronas capacitadas han estado visitando a mujeres como Coello en las regiones afectadas por las inundaciones, como Piura, Tumbes y Lambayeque. Las parteras han podido identificar y apoyar a casi 150 mujeres embarazadas con servicios como controles prenatales, y permitir que más de 4500 mujeres accedan a servicios de salud sexual y reproductiva.
«Van incansablemente puerta a puerta para ofrecer asesoramiento sobre salud sexual y reproductiva e identificar a mujeres embarazadas. No se han rendido», afirma Bertha Liñán, coordinadora de salud obstétrica, cuyo centro de salud colabora con el proyecto que respalda el UNFPA.
«Nos han ayudado a aumentar nuestro personal y a llegar a lugares donde antes no podíamos».
Chequeos de rutina que cambian vidas
Para Coello, la atención prestada por las comadronas ha supuesto una gran diferencia en su embarazo. Ya no se siente en peligro. «Mi vida ha cambiado mucho desde que ellas llegaron», asegura.
Las comadronas salvan vidas y, sin embargo, hay muy pocas en el mundo. Según el UNFPA, faltan cerca de un millón, a pesar de que pueden satisfacer cerca del 90% de las necesidades mundiales de intervenciones esenciales de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y adolescente.
Tras consultar con comadronas, Coello tomó la decisión de no tener más hijos. «Tomé esa decisión con mi marido como parte de nuestra planificación familiar», explicó.
Swisslatin / ONU Noticias (05.01.2024)