
El Festival FILMAR en América Latina convierte a Ginebra en un puente vivo entre Europa y el imaginario latinoamericano. Desde su creación, se ha consolidado como el principal espacio en Suiza —y uno de los más importantes en Europa— dedicado a difundir obras cinematográficas que exploran memoria, identidad, justicia social y creación artística en toda su diversidad. Su espíritu es el de un festival que no solo exhibe cine: dialoga con la ciudad, convoca al pensamiento crítico y celebra la pluralidad de voces del continente.
Voces, territorios y memorias
FILMAR articula una programación curada que recorre la multiplicidad de geografías y sensibilidades de América Latina. La selección incluye óperas primas y trabajos de autor consagrados, cine documental y ficción, animación y propuestas híbridas. El enfoque temático viaja por los grandes ejes del cine latinoamericano contemporáneo: luchas sociales y feministas, transición democrática y derechos humanos, ecologías y extractivismo, migraciones, urbanismo popular, comunidades indígenas y experimentación formal.
- Identidad y género: Narrativas que cuestionan heteronormatividades y celebran la disidencia creativa.
- Memoria y justicia: Películas que revisitan dictaduras, desapariciones y procesos de verdad y reparación.
- Territorio y ambiente: Ensayos visuales sobre la relación entre naturaleza, ciudad y economías del presente.
- Diáspora y pertenencia: Miradas sobre la migración, el exilio y la reconstrucción de la comunidad lejos del origen.
Un festival que dialoga con la ciudad
FILMAR desborda la sala de cine para convertirse en una experiencia expandida. A través de debates, mesas redondas, clases magistrales y conversaciones con cineastas, el festival crea espacios donde el público puede interrogar las películas y cruzarlas con realidades contemporáneas. Exposiciones, performances y conciertos complementan la programación audiovisual, reforzando el encuentro entre artes y públicos diversos. La ciudad de Ginebra se vuelve escenario: museos, centros culturales y universidades se suman para abrir el cine a nuevas lecturas.
Encuentros con cineastas:Diálogos que conectan procesos creativos con contextos políticos y sociales.
Programas educativos:Iniciativas para escuelas y familias que acercan el lenguaje cinematográfico a nuevas generaciones.
Redes profesionales:Taller es y reuniones que impulsan alianzas entre festivales, productores y creadores de la región.
Curaduría, diversidad y riesgo
La fuerza de FILMAR reside en defender una curaduría que se atreve al riesgo estético y al cruce de géneros. El festival apuesta por obras que interpelan desde lo poético y lo político, que investigan la forma y expanden el relato documental, que reformulan el archivo o inventan realidades mediante la ficción. La diversidad no es solo geográfica: es ética y política, una invitación a mirar el continente más allá de los clichés y a escuchar voces que muchas veces quedan fuera de los circuitos dominantes.
Autoría y territorio: Películas que nacen de procesos colaborativos y prácticas comunitarias.
Lenguajes híbridos: Ensayos que combinan performance, archivo, animación y tecnologías emergentes.
Perspectivas locales: Programas que privilegian miradas situadas antes que narrativas globalizantes.
Impacto cultural y ciudadanía
FILMAR es, ante todo, un acto de ciudadanía cultural. Su programación activa la conversación pública sobre derechos, memoria y futuro, y refuerza la idea de que el cine puede ser herramienta de empatía y transformación. Al tender puentes entre cineastas, investigadores, activistas y públicos, el festival contribuye a una cultura democrática que escucha, cuestiona y celebra la diferencia.
Acceso y participación: Políticas que fomentan la inclusión y el intercambio intergeneracional.
Memoria viva: Películas y actividades que resguardan relatos colectivos y los proyectan hacia el porvenir.
Europa–América Latina: Un diálogo sostenido que enriquece ambas orillas con nuevas preguntas y sensibilidades.
FILMAR en América Latina es más que un festival: es un territorio simbólico donde el cine se convierte en conversación, puente y comunidad. En tiempos de polarización y simplificaciones, su apuesta por el rigor curatorial, la diversidad y el encuentro presencial recuerda que mirar una película también es aprender a mirar al otrx. Ginebra, por unos días, se vuelve un mapa latinoamericano en movimiento: una cartografía hecha de historias, afectos y preguntas que nos involucran a todos.
Swisslatin / Copilot /Hernan Dufey (17.11.2025)